Microsoft se muestra interesado en adquirir una de las leyendas de internet, Yahoo; pero ¿quién se beneficiará?¿Será ésta la última gran apuesta de Bill Gates?
La propuesta de Microsoft de adquirir el veterano portal Yahoo por la astronómica cifra de US$44.600 millones ciertamente logra llamar la atención.
¿Pero tiene sentido desde el punto de vista empresarial?
De algún modo, encontrar la respuesta no va a ser un problema del que tenga que ocuparse el fundador de Microsoft. Este verano Gates dejará la compañía para trabajar a tiempo completo contra la pobreza y las enfermedades que azotan al planeta, como el Sida, la malaria o la tuberculosis.
Pero los gerentes de Microsoft que tengan que hacerlo funcionar se estarán preguntando si éste no es el caso de un gigante en declive que intenta ayudar a otro que tambalea.
El factor Google
Yahoo se encuentra contra las cuerdas desde hace tiempo.
Aunque una vez fue el líder de la jauría en internet, la empresa ha sufrido hemorragias de usuarios y dinero. El dinero que debería estar entrando por conceptos de publicidad no aparece, y el valor de las acciones se deprime cada vez más.
El pasado junio, la junta de Yahoo se deshizo del director ejecutivo Terry Semel y trajo de vuelta al redil a uno de los cofundadores de la empresa, Jerry Yang, para reconquistar el dominio de la compañía. Pero no tuvieron mucho éxito.
Una sola palabra explica todas las penas de Yahoo: Google.
Mientras Yahoo invertía en contenidos para atraer a la audiencia, el motor de búsquedas rival simplemente se concentró en conseguir lo que el usuario quería: buenos resultados de búsqueda.
En lucha por la web móvil
Microsoft ha seguido de cerca las batallas de Yahoo, y captó bien el mensaje.
A medida que Google se transformaba en un negocio de miles de millones, cada vez se aventuraba más en territorio de Microsoft, compitiendo no sólo por las ganancias de la publicidad, sino también con productos que eran sus vacas sagradas, como el correo electrónico o los procesadores de texto.
Pero no puede haber sido sólo eso lo que llevó a Microsoft a hacer esta oferta que nadie solicitó.
Recordemos que a pesar de sus muchos desafíos, Microsoft goza de una salud robusta.
Cuenta con uno de los presupuestos más grandes del mundo para investigación y desarrollo, y ciertos productos de software claves como Windows u Office son casi equivalentes a una máquina de imprimir dinero.
Pero Microsoft también sabe que su punto fuerte, el negocio de las computadoras personales, se vuelve cada día menos importante.
El futuro de la industria de la tecnología es el creciente mercado de internet en la telefonía, y Google ha gritado a los cuatro vientos que está dispuesto a desembarcar con artillería pesada para asegurarse este campo de batalla.
En última instancia, Microsoft y Google quieren lo mismo, aunque lo aborden desde distintos puntos de vista.
Google quiere lograr que sus clientes puedan organizar y encontrar todo lo que se les ocurra sobre el conocimiento humano, y pone a disposición las herramientas para hacerlo.
Microsoft provee herramientas que justamente ayudan a los usuarios a procesar y utilizar esa información.
Ambas empresas se han topado y luchan por el espacio en el centro del mercado.
Un matrimonio a las apuradas
Si Yahoo acepta la oferta de Microsoft se tratará de un matrimonio obligado a punta de pistla, y quien empuñará el arma será Google.
Si la gerencia de Yahoo dice ''sí, quiero'', será reconocer que sus intentos de renovar la compañía han fallado.
Habrá llegado el momento en que los accionistas de Yahoo no puedan creer su propia suerte. Microsoft era probablemente la única empresa capaz de rescatarlo.
Y en cambio para Microsoft éste podría ser el negocio que lo quiebre.
Haber hecho la oferta es el reconocimiento de que a Microsoft lo asusta Google.
La oferta también implica que sus numerosos intentos por consagrarse como proveedor de contenidos en internet han fallado.
Pero para que el negocio sea rentable, Microsoft deberá demostrar que las dos compañías combinadas puede ofrecer un modelo de negocios superior.
La gran apuesta
Microsoft promete que junto a Yahoo podrá ofrecer una ''elección competitiva'' que dará ''más valor a los anunciantes, agencias y los consumidores''.
Pero eso se hará realidad sólo si Microsoft y Yahoo hacen juntos lo que no hicieron ambas empresas por separado, es decir, desarrollar algoritmos de búsqueda que estén a la altura de los de Google.
Si no, esta fusión resultará la mayor destrucción del valor accionario desde la debacle de AOL y Time Warner en la cima del boom de las puntocom.
Si Microsoft tiene éxito, podrá extender su control del mercado de las computadoras personales hasta todos los aspectos de nuestras vidas.
Bill Gates y sus ejecutivos están arriesgando una enorme parte de su empresa en la apuesta por hacerla más exitosa.
BBC
La propuesta de Microsoft de adquirir el veterano portal Yahoo por la astronómica cifra de US$44.600 millones ciertamente logra llamar la atención.
¿Pero tiene sentido desde el punto de vista empresarial?
De algún modo, encontrar la respuesta no va a ser un problema del que tenga que ocuparse el fundador de Microsoft. Este verano Gates dejará la compañía para trabajar a tiempo completo contra la pobreza y las enfermedades que azotan al planeta, como el Sida, la malaria o la tuberculosis.
Pero los gerentes de Microsoft que tengan que hacerlo funcionar se estarán preguntando si éste no es el caso de un gigante en declive que intenta ayudar a otro que tambalea.
El factor Google
Yahoo se encuentra contra las cuerdas desde hace tiempo.
Aunque una vez fue el líder de la jauría en internet, la empresa ha sufrido hemorragias de usuarios y dinero. El dinero que debería estar entrando por conceptos de publicidad no aparece, y el valor de las acciones se deprime cada vez más.
El pasado junio, la junta de Yahoo se deshizo del director ejecutivo Terry Semel y trajo de vuelta al redil a uno de los cofundadores de la empresa, Jerry Yang, para reconquistar el dominio de la compañía. Pero no tuvieron mucho éxito.
Una sola palabra explica todas las penas de Yahoo: Google.
Mientras Yahoo invertía en contenidos para atraer a la audiencia, el motor de búsquedas rival simplemente se concentró en conseguir lo que el usuario quería: buenos resultados de búsqueda.
En lucha por la web móvil
Microsoft ha seguido de cerca las batallas de Yahoo, y captó bien el mensaje.
A medida que Google se transformaba en un negocio de miles de millones, cada vez se aventuraba más en territorio de Microsoft, compitiendo no sólo por las ganancias de la publicidad, sino también con productos que eran sus vacas sagradas, como el correo electrónico o los procesadores de texto.
Pero no puede haber sido sólo eso lo que llevó a Microsoft a hacer esta oferta que nadie solicitó.
Recordemos que a pesar de sus muchos desafíos, Microsoft goza de una salud robusta.
Cuenta con uno de los presupuestos más grandes del mundo para investigación y desarrollo, y ciertos productos de software claves como Windows u Office son casi equivalentes a una máquina de imprimir dinero.
Pero Microsoft también sabe que su punto fuerte, el negocio de las computadoras personales, se vuelve cada día menos importante.
El futuro de la industria de la tecnología es el creciente mercado de internet en la telefonía, y Google ha gritado a los cuatro vientos que está dispuesto a desembarcar con artillería pesada para asegurarse este campo de batalla.
En última instancia, Microsoft y Google quieren lo mismo, aunque lo aborden desde distintos puntos de vista.
Google quiere lograr que sus clientes puedan organizar y encontrar todo lo que se les ocurra sobre el conocimiento humano, y pone a disposición las herramientas para hacerlo.
Microsoft provee herramientas que justamente ayudan a los usuarios a procesar y utilizar esa información.
Ambas empresas se han topado y luchan por el espacio en el centro del mercado.
Un matrimonio a las apuradas
Si Yahoo acepta la oferta de Microsoft se tratará de un matrimonio obligado a punta de pistla, y quien empuñará el arma será Google.
Si la gerencia de Yahoo dice ''sí, quiero'', será reconocer que sus intentos de renovar la compañía han fallado.
Habrá llegado el momento en que los accionistas de Yahoo no puedan creer su propia suerte. Microsoft era probablemente la única empresa capaz de rescatarlo.
Y en cambio para Microsoft éste podría ser el negocio que lo quiebre.
Haber hecho la oferta es el reconocimiento de que a Microsoft lo asusta Google.
La oferta también implica que sus numerosos intentos por consagrarse como proveedor de contenidos en internet han fallado.
Pero para que el negocio sea rentable, Microsoft deberá demostrar que las dos compañías combinadas puede ofrecer un modelo de negocios superior.
La gran apuesta
Microsoft promete que junto a Yahoo podrá ofrecer una ''elección competitiva'' que dará ''más valor a los anunciantes, agencias y los consumidores''.
Pero eso se hará realidad sólo si Microsoft y Yahoo hacen juntos lo que no hicieron ambas empresas por separado, es decir, desarrollar algoritmos de búsqueda que estén a la altura de los de Google.
Si no, esta fusión resultará la mayor destrucción del valor accionario desde la debacle de AOL y Time Warner en la cima del boom de las puntocom.
Si Microsoft tiene éxito, podrá extender su control del mercado de las computadoras personales hasta todos los aspectos de nuestras vidas.
Bill Gates y sus ejecutivos están arriesgando una enorme parte de su empresa en la apuesta por hacerla más exitosa.
BBC
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