lunes, 24 de agosto de 2009

SE BANIAN CON AGUAS NUCLEARES


Prepare su bañador, el protector solar y el medidor de radioactividad. El agua que se usa para enfriar los reactores se vierte directamente al mar. KENTING, Taiwán — En la playa taiwanesa de Nanwan tractores humeantes arrastran motos acuáticas por la arena y las adolescentes gritan con pavor frente a olas que les llegan por la rodilla. ¿Y el deporte favorito de los jóvenes? Las peleas con arena mojada. Pero quizás la nota más discordante en esta popular playa de Taiwán, al menos a ojos de un extranjero, son los reactores gemelos de la planta nuclear que se ven en la zona norte del arenal.Construida en una esquina de esta isla proclive a los terremotos, la planta nuclear vierte el agua que enfría los reactores directamente a la cala de Nanwan, popular entre los aficionados a bucear entre corales.¿Y los bañistas no están preocupados? Apenas. O, para ser más específicos: "Bu pa" (no tenemos miedo), como asegura con desdén una mujer en la cincuentena que alquila motos acuáticas por 30 euros la media hora."La gente rica se preocupa por esas cosas, pero los pobres no", afirma. "Y nosotros somos pobres". Y para cortar la conversación y no perder más tiempo añade: "Entonces qué ¿quiere dar una vuelta en moto acuática o no?"Un empleado de 52 años de un aparcamiento se ríe cuando le preguntamos si la planta nuclear preocupa a los vecinos de la zona. "Estamos acostumbrados a ella. Además, ya está construida, así que ¿qué podemos hacer?"25 años de funcionamiento La planta comenzó a funcionar en 1984. "Entonces no sabíamos que podía ser peligrosa", explica. "Ahora sí lo sabemos". Hasta la fecha, Taiwán tiene un historial de seguridad nuclear prácticamente inmaculado. Eso significa que pocas personas de la zona tienen miedo a que su playa se arruine a causa de un accidente en la central. "Quizás sólo hemos tenido suerte", añade el aparcacoches con una sonrisa.Pero admite que la playa ha cambiado muchísimo desde que era un niño. Entonces, el coral cubría totalmente el fondo marino, hasta las aguas más bajas. "Ahora los corales están muertos. No sé si es por culpa del calentamiento global o de la planta nuclear", apunta.Me acerco hasta el centro de visitantes de Taipower para escuchar su versión de la historia. Taipower es la empresa gubernamental que gestiona las tres plantas nucleares que hay en la isla y que generan en torno al 20 por ciento de la energía de Taiwán.Dos funcionarios enumeran la larga lista de precauciones de seguridad en torno a la central, como por ejemplo las numerosas estaciones de seguimiento que controlan los niveles de radiación en un radio de 5 kilómetros de las instalaciones. Durante mi visita, el nivel en Kenting era de 0,048 sieverts (los niveles de alerta se disparan entre 0,2 y 20 sieverts; a partir de 20 se considera emergencia). El pescado y la comida se inspeccionan también con regularidad. Todos los datos que se recogen en la planta son comunicados al gobierno. Es más, un sistema instalado en 2007 cerraría automáticamente la planta en el caso de que se produzca un seísmo fuerte (el sistema se activa a 0,2 g, y la planta está construida para soportar fuerzas de hasta 0,4 g).Plan de evacuación Si hubiese un accidente importante en la planta, el ejército ayudaría a evacuar a la población de la zona en autobús desde seis puntos designados de evacuación. Hasta el momento nunca ha sido necesario utilizarlos. "Tenemos un buen historial", asegura Paul Shen, subdirector de Seguridad de la planta, que cita medidas de rendimiento de la WANO (Asociación Mundial de Operadores Nucleares, por sus siglas en inglés).Según Shen, con solo tres plantas nucleares Taiwán tiene menos instalaciones de las que preocuparse que por ejemplo EEUU, con más de 60. Además, un funcionario de la agencia reguladora estatal vive en cada planta, lo que significa que hay un seguimiento constante de la seguridad en las instalaciones.Cada planta almacena su basura nuclear en las propia central, tanto las barras de combustible agotadas altamente radioactivas como los barriles de deshechos radioactivos de baja intensidad. Está previsto que los barriles, unos 7.000, se trasladen a un vertedero permanente, quizás en la costa oriental del país.Los representantes de Taipower admiten que el agua de refrigeración del reactor dañó las plantaciones de coral en la cala de Nanwan durante los primeros tiempos de la planta. Pero aseguran que el problema se solucionó hace años, diluyendo los vertidos de la central con agua fresca del mar. Además, unos sistemas controlan que la temperatura del agua en la zona de vertidos se mantenga en torno a los 4 grados Celsius, y cámaras submarinas vigilan el estado de los corales cerca de las instalaciones.
FUENTE: http://www.lainformacion.com/

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