
‘Chiquito’ no se dejó ganar por la nostalgia de volver a casa y se aferró a sus guantes más que nunca. Jugar al baloncesto como su hermano Diego no estaba en su camino. La vida tenía reservado otro papel para sus manos milagrosas. Una fecha, un estadio y un escenario mayor. Pero entonces no lo sabía.
Suplente total en Francia (con el Mónaco jugó apenas 9 partidos en la última temporada) y discutido por muchos compatriotas, ‘Chiquito’ resistió en un arco siempre caliente. No es ni será Fillol, pero ya le respira en la nuca en el rubro de los arqueros con más partidos oficiales y más partidos en mundiales con la ‘albiceleste’ (11 versus 13 y 53 versus 56). Lo mejor de todo es que, gane o pierda el domingo, ya entró en la historia del fútbol. Y siempre podrá ser Ginóbili en sus ratos libres.
FUENTE: Francisco Cairo,Editor de Deportes de Perú21
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