SABINA Y SERRAT....DOS GRANDES

Tuve la oportunidad de asistir al concierto de SABINA el año pasado, fue algo emocionante, unico, inovidable.... hay muchas razones por la cual soy un fan de el, me encanta sus letras, su musica. Siempre es bueno leer algo de Sabina, aca les cuelgo algo y de su amigo Serrat (otro monstruo de la musica)... leanlo.

Serrat o Arjona: usted decide
Creo que la población hispanoparlante se puede dividir entre los que gustan de Serrat y los que aman a Arjona, así como la humanidad femenina es agrupable entre las que se hacen las manos, pintándose las uñas a la francesa, por ejemplo, lo que revela que esta cuestión no es un asunto trivial, y las que simplemente se las dejan tal cual, con un mínimo mantenimiento en pos de la higiene y la comodidad.
Volviendo a lo musical, huelga decir que los primeros odian al segundo y los segundos probablemente no tienen idea quién es Serrat y creen que el guatemalteco que escribió la abominable "Señora de las Cuatro Décadas" es el primer cantautor en español, el primero capaz de hacer letras con sentido poético a partir de la cotidianeidad, y por eso lo admiran; de otra manera, no se explica semejante preferencia. Como se darán cuenta y como en este aspecto es imposible tener doble militancia, yo estoy en el primer equipo, en el de los adeptos a Joan Manuel.
En una época, incluso, llevé un cuaderno donde iba apuntando las frases de sus canciones que me gustaban o hacían sentido. A saber y por nombrar unas pocas: "Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio", "Todo infortunio esconde alguna ventaja", "Prefiero querer a poder, palpar a pisar, ganar a perder, besar a reñir", "A menudo los hijos se nos parecen, así nos dan la primera satisfacción", "La mujer que yo quiero no necesita bañarse cada noche en agua bendita", Arránqueme señora, las ropas, desnúdeme; arránqueme, señora, las dudas, desdúdeme", "Y te manda a la lona de un gancho al corazón una vieja canción pasada de moda", "Y te acosan de por vida azuzando el miedo, pescando en el río turbio del pecado y la virtud, vendiendo gato por liebre a costa de un credo que fabrica platos rotos que acabas pagando tú"... También registré por entonces muchas palabras castizas, sonoras e inusuales que adopté y uso con placer hasta el día de hoy, como "macarra", "canguelo", "gazapo"...
Y está además esa hazaña mayor, que hasta los intelectuales que van de guapos y poco poperos por la vida tienen que reconocerle: haber difundido masivamente la poesía de Antonio Machado, Miguel Hernández y Antonio Benedetti, entre moros y cristianos, de aquí y allá. Gracias a él, muchos más saben que la infancia de Machado "son recuerdos de un patio de Sevilla"; se estremecen con esa frase terrible de la Elegía de Hernández: "que por doler, me duele hasta el aliento" y, en estos tiempos de escasez energética, se sienten interpretados por la bien lograda picardía de Benedetti en este verso: "Una mujer desnuda y en lo oscuro/ tiene una claridad que nos alumbra/ de modo que si ocurre un desconsuelo,/ un apagón o una noche sin luna,/ es conveniente y hasta imprescindible/ tener a mano una mujer desnuda".
Frente a notables porotos creativos como estos, las torpes rimas consonantes de Arjona, en que rodilla hace juego con perilla, son cosa de niños, sin ánimo de ofender a los niños. Versos de primero básico, donde mar antecede a bar, rutina a esquina, pasaje a traje, minifalda a espalda, mejilla a pantorilla, y así, porque las palabras son infinitas y Arjona no se limita. Aunque por suerte en el último tiempo se haya quedado en silencio. Creo que desde el Festival de Viña del Mar 2007 que no me topo con sus ramplonas historias de taxi, de porteros, de animales nocturnos, cantadas con mirada intensa y look de macho latino, y lo agradezco.
Tal como agradezco que Serrat haya superado el cáncer que lo tuvo contra las cuerdas el año pasado y se haya unido a esa suerte de hermano chico malcomportado y genial que es Joaquín Sabina para organizar una gira por España y Latinoamérica. Una aventura que partió en Zaragoza el 29 de junio y terminará en Montevideo, Uruguay, a fines del próximo diciembre. En Santiago, los tendremos cantando en el velódromo del Estadio Nacional el 23 de noviembre, y el 24 estarán en Viña del Mar, en la Quinta Vergara. Será la oportunidad de matar "Dos pájaros de un tiro", que es el nombre con que bautizaron la aventura y el espectáculo de cantar juntos por primera vez.
Cecilia Bolocco vs. Joaquín Sabina
Sabina tiene voz de lija y una merecida fama de seductor que le ha permitido que incluso amigas cercanas de una hayan sido de él, como dicen las novelas, aludiendo al hecho de que en alguna ocasión se pegaron un polvo con el cantautor, con devoción y ansiedad de groupies.
Joaquinito, como lo llama en una fabulosa canción la octogenaria Chavela Vargas, es (o era, antes del infarto, la depresión y Jimena, su actual mujer peruana, que al parecer consiguió sacarlo del hoyo) un pájaro de cuenta. Un flaco casi sesentón que sabe hablar de amor sin rimas asonantes, sino con verdades sonantes, sonoras y sinceras. Yo me enamoré de su música cuando hace ya varios años me topé a boca de jarro con la canción que da título a uno de sus álbumes: "Yo le quería decir la verdad/ por amarga que fuera,/contarle que el universo era más/ ancho que sus caderas,/ le dibujaba un mundo real/ no uno color de rosa,/ pero ella prefería escuchar mentiras piadosas".
Y no es por ser odiosa, pero cuando he escuchado a gente inteligente celebrar esa letra-homenaje al género femenino, populista y popular, del chulo de Arjona: "Mujeres, lo que nos pidan podemos/ si no podemos, no existe/ y si no existe, lo inventamos por ustedes, mujeres", me viene repelús. Y pienso en una que lleva el mismo título -"Mujeres"-, pero es de Joaquinito: "Hay mujeres que tocan y curan, que besan y matan, hay mujeres que ni cuando mienten dicen la verdad,/ hay mujeres que abren agujeros negros en el alma,/hay mujeres que empiezan la guerra firmando la paz". Notable, Sabina, a quien sólo una vez he visto en una situación digna de Arjona. Sucedió el año 2005, cuando Cecilia Bolocco lo invitó a un programa patético que montó en un castillo de cartón piedra. Allí lo tuvo de invitado y cuando él ironizaba o hablaba del infarto por sus excesos, ella ponía cara de lástima, no entendía ni jota e intentaba hacer preguntas trascendentes, como si estuviera conversando con Paulo Coelho, su gurú. Fue atroz, como suele suceder cuando se enfrentan cursilería y naturalidad.
Serrat y Sabina unidos
Sabina tiene otro título que me emociona, "El pirata cojo". Se trata de una extraña canción de cuna que a mamás oxigenadas, tardías y con uñas pintadas a la francesa, como Bolocco, les podría provocar lipiria. Sé que Joaquinito se la escribió a uno de sus hijos, alguna noche que no se quería dormir, y la planteó como un cuento. Dice: "No soy un fulano con la lágrima fácil de esos que se quejan sólo por vicio, si la vida se deja yo la meto mano, si no, aún me excita mi oficio. Y como además sale gratis soñar y no creo en la reencarnación, con un poco de imaginación partiré de viaje enseguida a vivir otras vidas, a probarme otros nombres, a colarme en el traje y la piel de todos los tipos que nunca seré".
Al Capone en Chicago, legionario en Melilla, pintor en Montparnase, mercader en Damasco, costalero en Sevilla, negro en Nueva Orleans. Viejo verde en Sodoma, deportado en Siberia, sultán en un harén, policía ni en broma, triunfador de la feria, gitanito en Jerez. Tahúr en Montecarlo, cigarrillo en tu boca, taxista en Nueva York, el más chulo del barrio y tiro porque me toca, suspenso en religión. Confesor de la reina, banderillero en Cádiz, tabernero en Dublín, comunista en las Vegas, ahogado en el Titanic, flautista en Hamelin. Pero si me dan a elegir entre todas las vidas yo escojo la del pirata cojo con pata de palo, con parche en el ojo, con cara de malo, el viejo truhán, capitán de un barco que tuviera por bandera un par de tibias y una calavera".
Comiendo callos a la madrileña en un restaurante santiaguino, en un almuerzo de negocios, hace como un mes, descubro con emoción que mi importante interlocutor, Emilio Gilolmo, el presidente de Telefónica en Chile, se sabe "El pirata cojo" entero. Recita la letra de punta a cabo y además es amigo de Sabina, el cantautor de la voz aguardentosa que ahora hace dupla con Serrat. El hallazgo me inspira y, en medio del entusiasmo, expreso por primera vez mi teoría: el mundo se divide entre serratistas-sabinistas, que son como una misma cosa, y arjonistas, que no son nada, y de inmediato noto que más de alguien en la mesa se incomoda. Es el peso de las verdades reveladas.

Fuente: http://www.pe.terra.com/terramagazine/